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50 historias de horror y un grito desesperado

En las escuelas y colegios ecuatorianos hay problemas estructurales de normalización de la violencia y acoso en contra de las mujeres, también en contra de estudiantes varones. Pero lo más doloroso es el evidente encubrimiento de docentes y autoridades, que prefirieron conservar en formol el prestigio de su institución, durante años, que proteger a sus estudiantes acosadas.

En Pastaza, el domingo 14 de marzo las redes se encendieron. La denuncia de la ex estudiante de la U.E San Vicente Ferrer (Colegio Vicentino), Lizeth Valdivieso, sobre el acoso que vivió hace más de 10 años en su colegio, desató una avalancha de historias dolorosas en Facebook. Se abrió la caja de pandora.

Adolescentes que actualmente estudian en esta institución de Pastaza y otras jóvenes que abandonaron las aulas habían guardado en sigilo episodios incómodos, violentos y vergonzosos, durante años. Ellas denunciaron en sus muros y vía mensajes al profesor L. Pacheco, y otros licenciados por acoso sexual. También estudié en el Vicentino, y aunque yo nunca experimenté acoso, esto era un “secreto a voces”. (Artículo completo: ninaosorio.com)

Poster solidario del artista Jonathan Mariño, ex estudiante Viventino. “Quiero que sepan que más de uno estamos con todos los hombres y mujeres que se dieron sitio y han ayudado a esta causa, estamos con ustedes”. (izq)

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