El gabinete de Guillermo Lasso tendrá que revisar la historia y fenómenos estructurales de la corrupción correísta y recuperar los conocimientos útiles de la vida cotidiana, pues se trata de inaugurar la democracia y el pluralismo social.
La simbología de la cosmovisión indígena busca dignificar el cambio de era; un nuevo gobernante con lucidez suficiente para conducir el porvenir de una nación con justicia y equidad, la lucha contra la desnutrición infantil y el despegue económico de su pueblo. Un Régimen bautizado rural que intentará saciar la hambruna y el desempleo masivo después de la pandemia; al parecer, tras una inteligente campaña de vacunación, y con el retorno de la educación presencial con soluciones tangibles. (Seguir leyendo: Diario la Hora)
