Un Dios jamás querría matar a su hijo, el plan de dios era que siga anunciando las buenas nuevas al mundo, dijo en entrevista con Nina Radio el teólogo y estudioso de la religión, José Ignacio López Vigil. Jesús no es que se fue a entregar, lo asesinaron los poderes políticos de aquel entonces. No es que era necesaria su muerte para el perdón de pecados sino que sus tesis de igualdad y justicia en el reino de dios fue interrumpido por los poderes políticos y religiosos. Relató José Ignacio López Vigil que a nosotros nos han dicho que Jesús Murió entre dos ladrones y no fue así, Cristo murió en medio de otros dos subversivos. Jesús tampoco dijo “hoy estarás conmigo en el paraíso”.
Una mentira que ha sido repetida mil veces se convierte en verdad le preguntó el periodista a lo que José Ignacio respondió que a la luz de los hechos científicamente estudiados se puede demostrar que Dios no podía estar colérico para que prefiera la muerte de Cristo a la lucha por la verdad y la justicia. La mentira repetida millón de veces se convierte en verdad pero es una verdad monstruosa replicó José Ignacio López Vigil. Dios es un Dios de paz y no de venganza, no de ira, no quien quiera matar a su hijo.
La resurrección de Cristo hay que verlo con criterio también político. La marcha del domingo de ramos fue una manifestación política contra el poder de aquel entonces y la resurrección hay que analizarlo en el mensaje que siempre estará vivo más no en la reanimación de un cuerpo muerto, explicó el teólogo. El cuerpo de Jesús se pudrió pero el mensaje el reino de dios del que nos habló, lo han mantenido por siglos, por eso Jesús sigue resucitado. El sacrificio de Jesús fue un sacrifico producto de su actividad política de lucha contra las injusticias, expone José Ignacio López Vigil