La campaña de segunda vuelta avanza y los candidatos Guillermo Lasso y Andrés Arauz buscan atajos para tentar a un electorado cautivo que representa el 36% de electores que votaron por la tercera y cuarta vía; proyectos progresistas, con profunda preocupación por la violencia de genero y aspiraciones de colocar a la naturaleza como el patrimonio nacional más preciado. Aquellos que votaron por Yaku Perez y Xavier Hervas superaron el binarismo y la política en clave moral de los honestos frente a los corruptos y escogieron soluciones concretas a las causas más sentidas de los movimientos sociales.
El 11 de abril los ecuatorianos elegimos nuevo presidente, pero la segunda vuelta quedó reducida a la tendencia y polarización a la que nos acostumbraron: correísmo vs. anticorreísmo y dejó huérfano de representación a los activistas y desencantados de la política tradicional. Vivimos el antagonismo como simplificación del campo político.