fbpx

Nina Radio, «el poder de la verdad»

104.7 – fm

El COVID19 afectaría mayormente a los pobres

Pandemia es el capitalismo, no el coronavirus, sin embargo es una alarma que hay que mucho tomarla en cuenta, refirió en Nina Radio el analista Juan Cuvi. La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió una alarma que someterá al mundo entero a esa perversa ecuación comercial entre pánico y consumo. Como tantas otras veces en la historia, las gigantescas corporaciones médicas harán su agosto vendiendo mascarillas, medicamentos, tratamiento e insumos de laboratorio, refirió el analista.

La gripe española de 1918 mató entre 40 y 100 millones de personas. Tuvo una tasa de mortalidad de entre 10% y 20% de los infectados. Estuvo directamente relacionada con la Primera Guerra Mundial: se sospecha que la débil condición física y emocional de los soldados, así como la elevada movilidad que generó la guerra, ayudó a su propagación. Una posible explicación también estaría en la cantidad de químicos que se utilizó en la conflagración.

A diferencia de lo que ocurrió entre 1918 y 1920, continuó Juan Cuvi, las epidemias de los últimos años están penosamente ligadas a los negocios transnacionales. Ya ocurrió con la millonaria adquisición del medicamento tamiflú para hacerle frente a la gripe AH1N1. Al final, se trató de un gasto innecesario de fondos estatales, promovido por la OMS. Sin embargo, Roche, la gigantesca farmacéutica que lo produce, se aseguró ingresos globales que hasta el día de hoy son un misterio.

Lo que si va a suceder, como en todo lo que toca el capitalismo, el corona virus atacará a quienes tienen menos posibilidades económicas y de salud, los pobres del planeta. Por la condiciones de vivienda, de alimentación y condiciones de higiene, serían los pobres quienes más resulten afectados por esta pandemia, de producirse en el grado de alarma que ha impulsado la OMS, expuso el analista.

Pero más allá de la oportunidad que estas epidemias o pandemias representan para ciertas empresas, hay que preguntarse por su origen, razonó Cuvi. Qué los últimos brotes provengan de China no es una casualidad. El vertiginoso desarrollo capitalista en que se embarcó ese país implica lógicas productivas y de consumo descabelladas. Satisfacer de la noche a la mañana las demandas crecientes de 1.300 millones de seres humanos no es inocuo; tampoco lo es inundar el mundo de productos baratos y competitivos. China optó por un modelo económico salvaje que seguirá generando efectos ambientales y sanitarios desastrosos, concluyó.