Severas críticas al nivel de debate en Pastaza

He leído atentamente la carta de la Dra. Elsa Quispe a quien conozco desde sus años de estudiante en el Colegio Pompeya y de quien puedo dar fe de su rectitud, excelencia profesional y constancia en el logro de sus objetivos.
Esta víspera recibí una carta, vía wasap, que entiendo, no era dirigida a mi persona sino que fue un correo masivo para exponer su indignación por los términos y frases que se utiliza en contra de la señora Gobernadora, su prima.
Más allá de su grado de parentesco y por lo mismo, del sesgo afectivo que expresa, coincido con el análisis de Elsa Quispe, quien evidencia el bajo nivel de debate existente en esta provincia. Nosotros, reitero, tenemos nuestra propia opinión de las actuación de la Gobernación de Pastaza y lo expresamos en el artículo https://ninaradiofm.com/el-coe-provincial-funciona-muy-mal/ Nos reafirmamos en observar la forma en que la gobernación de Pastaza conduce la comunicación; para esta institución, solo son periodistas quienes no cauterizan ni una jota de sus actuaciones y al resto lo ignoran felonamente.
Nina Radio defiende la libertad de expresión y lo ha hecho siempre. Aquí reproducimos textualmente la carta de la Dra. Elsa Quispe Cajiao:
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La señora Gobernadora de Pastaza: Entre la Libertad de expresión, los impolutos periodistas y el coronavirus
La Gobernadora de Pastaza busca “un momento de fama”, es una “mediocre”, “negligente”, “egocéntrica”, a quien “le quedó grande el puesto”, “incompetente”, que en ciertas entrevistas se la escucha “desorientada”, “alterada” (típico de una mujer dicen algunos mensajes en redes, emitidos por los machos bien machos que sí podrían hacer mejor su trabajo y de mujeres que con asombro hablan de sororidad en sus cuentas de redes sociales). “Mujer desenfrenada en sus declaraciones”, “sinvergüenza”; se le acusa de “no tener los pantalones para tomar decisiones” “que piensa solo en el sueldo”, quien mañana va a pasar en los medios “hablando de lo bonita que es”, “que no ha hecho absolutamente nada”; y, que a decir de los impolutos periodistas le falta dignidad y debería, una vez más, ponerse los “pantalones” para que funcione, aunque a su juicio ella, “no está estable”.
Ser periodista no es una tarea fácil, lo sé por experiencia propia, sin embargo; detrás de un micrófono hay poder, y la libertad de expresión no debe ser convertida en una excusa para el manejo arbitrario de la facultad que ostenta un “profesional de la comunicación” para no solamente emitir juicios de valor que podrían derivar en una grave lesión al derecho de honra, reputación o discriminación; sino arrastrar consigo la infame proliferación del discrimen al cual hemos sido sometidas por años, todas nosotras; sí, nosotras, las mujeres. Las que no necesitamos ponernos pantalones para que parezca que hacemos mejor nuestro trabajo, las que no necesitamos ser calificadas de “feas” o “ñoñas” para que parezca que podemos hacer bien un trabajo, las que al ser calificadas de “bonitas” no somos asumidas como “tontas”, las que por el hecho de ser mujeres y levantar un poco la voz, no nos convertimos en histéricas, locas o como dice nuestro amigo el periodista “inestables”, “desorientadas”.
Conozco a mi gente, amo mi tierra, pero siento vergüenza de quienes han contribuido a que esta clase de juicios de valor se propaguen y se asuman como “normales”, no voy a defender ni en lo legal ni en lo particular el trabajo de la señora Gobernadora, por cuanto hay quienes van a criticar mi falta de objetividad y en efecto podría ser así (aunque mucho y de largo debería escribir en lo legal sobre el estado de excepción y las competencias de cada autoridad, que déjenme decirles nadie se salvaría), en tal virtud; no ha sido esa la intención de este mensaje.
Este es un llamado a la conciencia de los hombres y mujeres que conozco, con los que crecí, con los que trabajé, a los que alguna vez respeté, es una petición comedida de alerta para con quienes compartí y que he leído sus mensajes con tristeza, con indignación de mujer. Cómo es posible que no solo escuchemos a periodistas impolutos “blasfemar”, sino que los apoyamos, los aplaudimos.
¿Defiendo a la señora Gobernadora? Por supuesto que sí, como hermana, como prima, como mujer, rechazo todo comentario discriminatorio, ofensivo, abusivo. ¿Su trabajo puede ser criticado u observado? Por supuesto que sí, toda autoridad está expuesta al escrutinio público, hay sentencias en Washington al respecto, y los periodistas o quienes deseen autotitularse de este modo podrán emitir las opiniones que consideren pertinentes al amparo de la “Libertad de Expresión” y propagar las noticias que de acuerdo a la línea editorial así establezcan, al amparo de su “Libertad de Información”, pero no les está permitido humillar, agredir, atropellar otros derechos fundamentales y aún peor menoscabar nuestro valor, nuestro derecho a la igualdad, NO LES OTORGUEMOS ESE PODER, basta con no escucharlos, al fin y al cabo el derecho de información es de doble vía.
Siento vergüenza de quienes han compartido en sus redes dichas ofensas, pero más vergüenza siento de quienes han callado porque yo los respetaba.
Sigue adelante querida Gobernadora, que la pandemia no da tregua y el ser humano se muestra como es en tiempos de crisis, siempre hay algo positivo en medio de tanta desgracia. Yo como mujer te apoyo y me solidarizo contigo, también tienes todo un equipo de abogados y acá sí un verdadero consorcio de profesionales dispuestos a defenderte.
Por Elsa Quispe Cajiao.
Quito 28 de marzo de 2020