El análisis profundo de la realidad nacional lo hizo en Nina Radio, el catedrático universitario, Napoleón Saltos Galarza
El analista desde los movimientos sociales, Dr. Napoleón Saltos Galarza, dijo que no se desconfía de los partidos políticos sino que esa desconfianza es desde el Estado, que solo ha servido para favorecer intereses de los grupos de poder y quienes estén de turno en el Gobierno.
Es la estructura del Estado la que “ya no da más”, expuso el catedrático al analizar que la desconfianza es a todos, ya no solo a una parte de la estructura sino a todo en su conjunto; por eso dijo, el pueblo busca nuevas formas de democracia y una de ellas podríamos llamar la democracia de calle como sucedió en octubre de 2019.
La “democracia de calle” se levanta por el agotamiento de la democracia convencional y entonces toma decisiones muy por encima de quienes son elegidos por la democracia del voto, que casi nunca es honrado.
El Rol de la sociedad y los medios
Los grandes medios de información, que aún tienen gran influencia, razonó Napoleón Saltos, pretenden en víspera del período electoral hacernos jugar a la misma bipolaridad entre fracciones de grupos dominantes para que “todo cambie, sin cambiar nada”. Esa bipolaridad se manifiesta a través de los grandes medios entre Nebot y Lasso, pero surge también otra figura, la de Otto Ramón Sonnenholzner, actual vicepresidente, quien pretende cimentarse en pos de alguna candidatura.
Por ello, plantea Napoleón Saltos, el problema es no solo cambiar nombres, sino forjar mecanismos que tengan la ética como fundamento de la democracia. Ningún candidato deberá tener ni una sola sospecha de corrupción, remarcó el analista.
A todo el problema de nuestra endeble democracia se suma un cuestionado poder electoral que ve la calentura en las sábanas, es decir, que si no se cambia el sistema informático no habrá elecciones limpias. Se mira los hechos secundarios, eso debe tener alguna importancia, pero el problema es transparentar para que no exista la más mínima sospecha de su actuación, lo cual ni de lejos ha logrado el CNE.