¿Está usted de acuerdo en que el gobierno ecuatoriano mantenga el crudo del ITT, conocido como bloque 43, indefinidamente en el subsuelo? Es la pregunta que los ecuatorianos deberán responder si, o no…
A los 10 años de planteada la consulta por el colectivo Yasunidos, la Corte Constitucional dio luz verde para llevarla a delante y en un plazo no mayor a 75 días, informó en Nina Radio el catedrático de la Universidad Andina Simón Bolívar, Dr. Carlos Larrea.
Y aunque se reconoce que habrá una pérdida para el Estado, puesto que tiene que cerrar pozos operando y que comprometan al área de consulta popular, eso a la larga será más rentable porque las condiciones en que se extrae no son las más ventajosas para el país indicó Larrea.
Y se explica: el petróleo que hoy se explica en el campo Ishpingo, le más grande con de 400 millones de barriles de reservas, más temprana que tarde deberá ser cerrado, puesto que su explotación de vuelve antieconómica. Por ejemplo, hoy se sacan 19 barriles e agua de formación y uno de petróleo y eso vuelve prácticamente inviable su extracción.
En las reservas siguientes sigue lo mismo, el petróleo es muy pesado y casi no se lo puede vender, por lo que lo más posible es que se deje de extraer. Estas reservas inclusive, según el catedrático, han perdido su nombre, ya no son reservas sino contingente para el futuro.
También en los otros campos que conforman el ITT, es decir, Tambococha y Tiputini, sus reservas se han disminuido al punto que actualmente, en forma contable existirían no más de 130 millones de barriles.
El proyecto “Yasunidos”, fue la idea de jóvenes, jovencitos estudiantes en su mayoría que recogieron más de las firmas requeridas, hace casi 10 años, pero que el CNE de ese entonces, presidido por Domingo Paredes, se encargó de nulitar, más de la mitad y por razones poco convincentes, es decir, porque el ex Presidente Rafael Correa quería explotarlas, explica Carlos Larrea.
El bloque 43 comenzó la explotación petrolera el año 2016, a un costo elevadísimo, (más de 40 dólares por barril), lo que le vuelve también por ese lado, de mucho riesgo puesto que la incertidumbre en los precios puede devenir en trabajar para las empresas petroleras y no para el país, concluye Carlos Larrea.