El árbol de Navidad se ha convertido en uno de los elementos centrales de esta fiesta. Prácticamente no hay hogar en el mundo occidental en el que este símbolo navideño no se encuentre. Sin embargo, no siempre fue tan omnipresente ni siempre estuvo relacionado con la celebración del nacimiento de Jesús en Belén.
De hecho, la Biblia no hace alusión a ningún rito judío asociado a los árboles en el Antiguo Testamento. Incluso, como señala el periodista Javier Flores en un artículo publicado el 7 de diciembre pasado en el portal de National Geographic, el profeta Jeremías criticaba en el siglo VII a.C. a los pueblos que “un leño con plata y oro lo adornan; con clavos y martillos lo afirman para que no se mueva”. Esto por el rechazo israelita a cualquier representación religiosa.
Y en el Nuevo Testamento, donde se narra una parte de la vida de Cristo y sus discípulos, tampoco hay menciones específicas del tema. Ni siquiera todos los evangelios hacen mención al nacimiento de Jesús.