La situación de los transportistas es dramática. Si no es por el COVID-19, seguramente tendrán la enfermedad de la angustia
Los transportistas urbanos seguimos resistiendo, guardados en nuestras casas, ante el incremento de los casos positivos de COVID-19 en la provincia de Pastaza, señaló Mario Paredes, Ejecutivo de la Cooperativa de Transporte urbano Cordero Guerra.
Nuestro sector estuvo listo para comenzar a operar este 25 de mayo en la nueva modalidad del semáforo amarillo, pero al conocer de viva voz del Gerente del Hospital Puyo del crecimiento exponencial de los casos en la provincia, analizamos lo peligroso que significaría reiniciar operaciones y preferimos cuidar nuestras vidas y de la ciudadanía, EXPUSO Mario Paredes.
«No queremos convertirnos en transportadores del virus, sino de usuarios», fue el razonamiento de Paredes, al tiempo de testimoniar cómo se encuentra su sector al momento, con las actividades suspendidas, con la desesperación de volver a trabajar y con las urgencias de pagar las deudas a los bancos.
Las implicaciones económicas a nuestro sector son enormes, para la operación de una unidad de bus, se necesita gastar en combustible, pago de chofer, alimentación, gastos administrativos, entre otros y realizar muchas vueltas para poder solventar estos gastos, pero cuando volvamos a operar las normas exigen que solo se ocupe el 30% de su capacidad con pasajeros, eso quiere decir que solo podremos llevar en nuestra unidades 14 personas y con los costos de operación, la actividad del trasporte ni siquiera cubriría los costos de operación, peor pensar en ganancias, acotó Paredes.