Agentes de la Policía delimitaron el perímetro exterior de la cárcel de El Inca (Quito) para controlar los disturbios.
Decenas de policías y militares se desplegaron a la cárcel de El Inca en Quito y a la de Santo Domingo. Llegaron vestidos con cascos, chalecos antibalas, máscaras, escudos y armas.
La disposición fue realizar un operativo para mover a dos cabecillas de bandas narcodelictivas desde esas cárceles a La Roca, un centro penitenciario de máxima seguridad de Guayaquil.
El Servicio Nacional de Atención Integral a Privados de la Libertad (SNAI) informó que los trasladados fueron dos cabecillas. Ambos fueron llevados ayer al Puerto Principal en helicóptero.
Cuando ingresaron a La Roca tenían las manos esposadas y dos policías los sujetaban en todo momento, mientras otro grupo de uniformados los vigilaban.
Pocas horas después de estos traslados, se desataron disturbios en la cárcel de El Inca, que desencadenaron en una nueva masacre carcelaria. Según el SNAI, miembros de una organización “tomaron represalias violentas” por el cambio de prisión de alias ‘B’.
Esto provocó que 10 privados de la libertad fueran asesinados. Por lo tanto, la Fiscalía abrió una investigación previa por estas muertes violentas y aseguró que personal de Criminalística realiza la diligencia para el levantamiento de los cuerpos de los reos victimados.