Rafael Correa, quien vive prófugo en Bélgica, era el cerebro de toda la organización delictiva que estaba cimentada en las altas cúpulas del gobierno que a sí mismo se llamaba de la «revolución ciudadana»
El caso “Petrochina” se va convirtiendo, con el pasar de los días, en la piedra de toque de la corrupción denunciada en el Gobierno de Rafael Correa. Rafael Correa era jefe de una grupo que la estructura legal ecuatoriana lo tipifica como “delincuencia organizada”.
La comparecencia a la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional del ministro de Hidrocarburos y Gerente de Petroecuador, Carlo Pareja Yanuseli, más conocido como CAPAYA, (por la empresa off-shore con ese nombre, constituida en Panamá).
Capaya, hombre de confianza de Rafael Correa, cuando estalló el conflicto fue a para en Estados Unidos y fue traído para que colabore con la justicia en la figura jurídica de cooperación eficaz. Lo fue a traer en avión privado el ex Presidente de la Asamblea, José Serrano, quien también fue ministro de Gobierno de Correa.
Una vez aquí, a Carlos Pareja no le permitieron nunca hacer efectiva la cooperación eficaz, es decir, fue traicionado por toda la plana mayor del gobierno de Correa y de Lenin Moreno. Mucho tenía que decir Carlos Pareja, por eso, Carlos Baca, fiscal de la época, no dio paso a la cooperación eficaz. Carlos Baca también figura en el caso Petrochina como un miembro de la banda de delincuencia organizada.
En el cuadro que a continuación presentamos se observa claramente que Rafael Correa, quien vive prófugo en Bélgica, era el cerebro de toda la organización delictiva que estaba cimentada en las altas cúpulas del gobierno que a sí mismo se llamaba de la «revolución ciudadana»
Esta trama de corrupción en el gobierno de Correa fue documentada ante la comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional por el propio Capaya y revela una estructura mafiosa cuyos lasos son como sigue:
