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Reclusos realizan ejercicios, durante un recorrido de la prensa a la cárcel de Cotopaxi, este jueves en Latacunga. Más de mes y medio después de que se declarase el «conflicto armado interno» contra el crimen organizado en Ecuador, las cárceles permanecen bajo control de las Fuerzas Armadas, para arrebatar a las bandas criminales el control interno de las prisiones.
Las Fuerzas Armadas de Ecuador confirmaron este fin de semana, la fuga de tres presos de la cárcel de Latacunga, pocas horas antes de que esta prisión, bajo control militar, fuese mostrada a periodistas como un ejemplo exitoso de su intervención en el sistema carcelario, para arrebatar el control de los centros penitenciarios a las bandas criminales.
Durante la visita al Centro de Privación de Libertad Cotopaxi Número 1, como se le conoce oficialmente a esta prisión, situada a unos 70 kilómetros al sur de Quito, los militares explicaron que han roto el esquema de extorsión y coacción, que ejercían las estructuras criminales, que controlaban los pabellones.
No obstante, al ver a los periodistas, algunos presos reclamaron salir, ya que afirmaban tener la sentencia cumplida, y otros demandaban que también se les proveyera de agua y papel higiénico.
Algunos puntos de la cárcel, exhibían las huellas de la violencia que se ha vivido en su interior, pues la prisión de Latacunga, en la andina provincia de Cotopaxi, ha sido uno de los escenarios de las masacres carcelarias entre bandas rivales, donde más de 450 presos han sido asesinados desde 2020.
En una de estas matanzas ocurridas en 2022, fue asesinado el presunto narcotraficante y lavador de dinero, Leandro Norero, cuyo análisis de sus conversaciones telefónicas llevó al caso Metástasis, que destapó una presunta trama de corrupción judicial, policial y carcelaria, para favorecer a la estructura criminal de Norero.
Luego de conocerse la fuga de estos tres reos, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, indicó que en coordinación con la Policía Nacional y el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Privadas de Libertad, la agencia penitenciaria del Estado, activó los protocolos de investigación y búsqueda de los presos huidos.
Desde el inicio del «conflicto armado interno», declarado contra el crimen organizado, las cárceles se han vuelto uno de los principales focos de acción de las Fuerzas Armadas, para desarmar a las bandas criminales, que en su interior albergaban grandes arsenales de armas como fusiles, granadas y pistolas en todo tipo de escondites.
El estado de excepción fue declarado por el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, a raíz de una ola de violencia del crimen organizado, donde ocurrió la toma de un canal de televisión, por parte de un grupo armado durante una emisión en directo, y motines simultáneos en varias cárceles, entre ellas la prisión de Latacunga.
En esos motines hubo 200 rehenes entre policías y guardias carcelarios que lograron ser liberados, a la vez que al menos unos 90 presos consiguieron fugarse, la mayoría de las cárceles de Esmeraldas y Riobamba.
De la cárcel de Riobamba se fugó Fabricio Colón Pico, presunto líder de la banda criminal Los Lobos, mientras que antes del estallido de violencia, hizo lo propio desde la Cárcel Regional de Guayaquil, José Adolfo Macías Villamar, ‘Fito’, el líder de la banda Los Choneros, que cumplía una pena de 34 años de cárcel por narcotráfico, homicidio y delincuencia organizada.