“Del agua y la tierra al diésel: el giro cuestionado de las movilizaciones indígenas”

Puyo. – Las movilizaciones de la CONAIE, que ya suman once días en todo el país, se han convertido en un escenario complejo donde conviven reclamos históricos, demandas legítimas y consignas repetidas. Así lo expuso el profesor universitario Andrés Ortiz Lemos, docente de la Universidad Central del Ecuador, en entrevista con Nina Radio, desde la ciudad de Puyo.
El académico recordó que, en el pasado, las luchas indígenas se concentraban en temas como tierra, agua y territorio. “La gran movilización del Inti Raymi en 1990 no tuvo nada que ver con combustibles, sino con la defensa de la naturaleza y los derechos colectivos. Hoy, en cambio, la dirigencia indígena ha hecho del subsidio su bandera central, pese a que históricamente fue un reclamo de los sindicatos”, señaló.
Para Ortiz Lemos, esta transformación ha debilitado el sentido original del movimiento indígena. Argumentó que en 2022 el Estado destinó 3.300 millones de dólares a subsidios, casi la misma cifra que el presupuesto de salud, un dinero que, bien invertido, pudo haber cambiado la vida de miles de familias. “Con esos recursos se pudieron comprar tierras fértiles, mejorar la educación indígena o combatir la desnutrición infantil. En lugar de eso, se reforzó un sistema que beneficia sobre todo a los más ricos”, cuestionó.
El catedrático advirtió también que la representatividad de la CONAIE no es absoluta. Muchas comunidades se movilizan por cuenta propia, sin responder directamente a las convocatorias nacionales. “Decir que un dirigente representa a todos los indígenas es una simplificación errada. Dentro de los pueblos originarios hay diversidad de pensamientos y realidades”, enfatizó.
Ortiz Lemos subrayó que tanto la dirigencia indígena como el gobierno caen en la trampa de la polarización política, que reduce el debate a consignas: “Si uno apoya el paro es correísta, y si lo rechaza es gobiernista. Esa caricatura impide discutir soluciones de fondo y solo mantiene vivo un clima de confrontación”.
El académico, sin embargo, también cuestionó al gobierno de Daniel Noboa por la represión violenta, particularmente por la muerte de un manifestante en Imbabura. “Ese error torpe radicalizó la protesta y desplazó el debate sobre los combustibles. Hoy la exigencia principal es justicia frente al abuso de la fuerza pública”, afirmó.
A criterio del entrevistado, ni el Ejecutivo ni la CONAIE han logrado presentar propuestas serias. Mientras el gobierno improvisa medidas de focalización de subsidios que no llegan a resolver los problemas estructurales, la dirigencia indígena repite consignas sin plantear alternativas concretas para enfrentar la pobreza, el desempleo o la desnutrición que golpean con fuerza a sus comunidades.
Finalmente, Ortiz Lemos insistió en que la clave está en redirigir los recursos hacia programas focalizados en los sectores más vulnerables. “El Estado debe dejar de pensar en subsidios generalizados y diseñar políticas que beneficien directamente a las familias indígenas. De lo contrario, se repetirán los errores del pasado y se pondrá en riesgo la estabilidad política del país y hasta el proyecto constituyente del actual gobierno”, advirtió.
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