Los expertos desaconsejan inyectar desinfectante en el cuerpo humano para combatir el coronavirus, tal y como ha sugerido Donald Trump, presidente de EEUU. “Son declaraciones que no tienen ningún rigor científico ni sentido sanitario”, afirma la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR).
La sugerencia de Trump puede verse en el vídeo que recoge la rueda de prensa de la Casa Blanca el 23 de abril – a partir del 26.52”- y tiene su origen en un estudio realizado por el Centro para el Análisis y Contramedidas de Biodefensa de EEUU, dependiente del propio Gobierno.
Este estudio describe el efecto de detergentes sobre muestras de saliva y fluidos respiratorios, pero no menciona su inyección. Relacionar la introducción física de desinfectantes con la COVID-19 desde instancias oficiales genera críticas pues rumores previos sobre lejía y alcohol provocaron víctimas mortales.
Horas después, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Kayleigh McEnnany, ha defendido que Trump nunca ha recomendado la ingesta de desinfectante para combatir el coronavirus y ha acusado a los medios de comunicación de distorsionar sus palabras. Una afirmación verdadera, ya que los medios hemos transmitido que Trump ha utilizado el verbo «inyectar» desinfectante, no ingerir.
Cientos de personas han fallecido en países como Irán, Turquía e India por tomar alcohol adulterado en la creencia de que este acababa con la enfermedad. Grupos conspiracionistas y antivacunas han impulsado el consumo del derivado de la lejía MMS (“Solución Mineral Milagrosa”) y del dióxido de cloro, cuando ambos son perniciosos para la salud, como explicó Verifica. LEA ARTÍCULO COMPLETO