El pueblo ecuatoriano es muy consiente que la explotación petrolera del Yasuní no le significa ningún reedito económico al país. Debe cerrarse y así lo ha dispuesto la Corte Constitucional
El gobierno también ha fracasado en la capacidad de diálogo y no puede estructurar un programa con apenas 30 asambleísta de 70 que se necesitan para impulsar proyectos.